Cocinar con semillas: pequeñas delicias con diversos usos
Las semillas en la cocina son algo extraordinario, increíble, casi mágico. En la naturaleza, a partir de estas pequeñas joyas pueden crecer plantas de cualquier forma y tamaño, pero algunas de ellas también son exquisitas para comer (tanto crudas como acompañando a otros alimentos), por ejemplo, los piñones son una semilla fundamental para múltiples recetas.
Pequeñitas pero matonas
En su mayoría, las semillas son pequeñas, pero tienen un alto valor nutricional. Esta característica está relacionada con el hecho de que son el estado embrionario de la planta, lo que significa que deben contener todas las sustancias necesarias para el desarrollo inicial de esta.
Gracias a los ácidos grasos poliinsaturados, a los minerales, a las fibras y a las vitaminas contenidas en las semillas, es posible facilitar el tránsito intestinal, equilibrar la presión sanguínea y obtener un sabroso plato sabroso con el cual deleitar nuestro paladar. Todo es posible si se asocia con una dieta sana y equilibrada.
Para cada cosa su semilla
Hay un número infinito de semillas que son potencialmente comestibles y cada una de ellas tiene propiedades particulares, así como una forma específica de absorción por parte de nuestro organismo. Por ejemplo, las semillas de lino se recomiendan para el estreñimiento porque tienen un efecto laxante y facilitan el tránsito intestinal. Además, gracias a la alta concentración de Omega 3 y 6, también tienen una función antiinflamatoria.
Otro ejemplo lo encontramos en las pipas de girasol, las cuales además de ser excelentes suplementos naturales, tienen un efecto antioxidante. Además, si queremos aumentar la cantidad de fibra en algunos platos, es posible usar semillas de amapola como guarnición para productos de panadería, mientras que si lo que quieres es lograr un efecto antiestrés, puedes hacerte una infusión.
Cómo aprovechar al máximo sus propiedades
Para promover las propiedades nutritivas de las semillas y su digestión, es aconsejable molerlas. En general, las características no se alteran si las semillas se comen crudas, sin embargo, hay recetas en las que se tuestan (en una sartén antiadherente o en un molde para hornear).
Como todo lo demás en la naturaleza, debemos tener en cuenta que nunca se debe abusar y que, de ninguna manera es posible seguir una dieta basada únicamente en semillas, y siempre es mejor optar por llevar una dieta variada y equilibrada.
