Calabash: la calabaza del peregrino
La calabaza Calabash (cuyo nombre científico es Lagenaria siceraria) tiene muchos nombres, entre los más comunes: calabaza del peregrino, calabaza de flor blanca, melón largo, judía de Nueva Guinea o judía de Tasmania.
La calabaza Calabash se puede recoger sin que haya madurado y consumirla como un vegetal o cosecharla cuando está madura para secarla y usarla como herramienta. Cuando está fresca, la Calabash tiene una piel lisa de color verde claro y la carne blanca.
Los frutos de Calabash tienen formas infinitas: pueden ser enormes y redondeados, pequeños y en forma de botella, o delgados y ondulados. Los frutos Calabash pueden crecer hasta más de un metro de largo.
La calabaza es una de las primeras plantas cultivadas en el mundo no sólo como alimento, sino también como recipiente. La calabaza Calabash, o calabaza del peregrino, pudo haber sido transportada desde África a Asia, Europa y América durante las migraciones históricas o bien simplemente por las semillas que atravesaron los océanos dentro de las calabazas que cayeron al mar (flotan). Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles ha demostrado que la calabaza Calabash existía en América antes de la llegada de Cristóbal Colón.
Muy a menudo, por error, las calabazas del peregrino o Calabash, se confunden con los frutos duros y vacíos del árbol de Calabash (Crescentia cujete) que no tiene nada que ver con la planta que produce la calabaza Calabash.
