Papel: menos emisiones, pero límites en el reciclaje
Frente al binomio vino - botella de papel, lo primero que a uno le viene a la mente son los tetrapacks de colores para el vino de cocina. En este caso, sin embargo, estamos hablando de un recipiente con un diseño muy similar al de las botellas de vidrio clásicas. "La Frugal Bottle - afirmó Malcolm Waugh, CEO de Frugalpac - es cinco veces más ligera que una botella de vidrio, tiene una huella ecológica hasta seis veces menor y es nuevamente reciclable". La primera empresa interesada en este proyecto fue una bodega de Umbría, Cantina Goccia, para embotellar su Sangiovese.
Un primer análisis de sus características confirma que no se puede poner en duda su sostenibilidad:
- el menor peso del papel permite reducir la contaminación del transporte;
- el papel utilizado para el embalaje puede obtenerse de bosques sostenibles;
- es fácilmente reciclable y compostable;
- su reciclaje libera un 70% menos de dióxido de carbono a la atmósfera que la producción de pulpa de celulosa;
- A diferencia del vidrio, se usa menos plástico para terminar la botella.
Sin embargo, hay quienes plantean dudas. La empresa americana de envases World Centric, por ejemplo, afirma que el papel no puede regenerarse indefinidamente. Cada vez que el cartón es reciclado, es tratado químicamente para eliminar la tinta y otras impurezas de su superficie. El uso repetido de estas sustancias hace que el material pierda su fuerza y acabe en los vertederos después de una serie de ciclos, que van de cinco a siete.
Vidrio: mantiene la calidad, pero contamina
También la botella de vidrio puede convertirse en un nuevo material de embalaje. Sin embargo, a diferencia del papel y el cartón, sería infinitamente procesable sin pérdida de calidad, al menos según lo que afirma una campaña inglesa que promueve el reciclaje, Recycle Now. La virtud de este material parece confirmarse con los números: el vidrio tiene una tasa de reciclaje que alcanza picos del 80 por ciento, mientras que el papel se detiene en alrededor del 66 por ciento. Sin embargo, incluso en este frente hay objeciones, empezando por las mayores cantidades de emisiones debidas al transporte de cargas más pesadas. Los puntos críticos en el frente energético no se detienen ahí: la producción de vidrio virgen requiere la extracción de arena, carbonato de sodio, piedra caliza y otros aditivos, proceso que produce contaminación y destruye los hábitats naturales; el reciclaje, en cambio, se lleva a cabo en hornos, estructuras con un alto requerimiento de energía y, por consiguiente, muy contaminantes.