Cómo proteger a los perros del calor del verano
En la temporada más esperada y tranquila del año para nosotros los humanos, es esencial proteger a nuestros amigos de cuatro patas de los peligros que oculta el calor ¿De qué manera?
- En primer lugar, hay que evitar sacarlos a pasear en las horas más calurosas del día, prefiriendo las madrugadas y las tardes.
- Es importante que el perro tenga siempre agua fresca en casa, especialmente si ha estado haciendo ejercicio, pero también fuera - en los paseos o excursiones - es bueno recordar que hay que llevarse un recipiente para el agua.
- Cuando estés fuera y necesites atar a tu perro, debes elegir lugares sombreados y bien ventilados que no estén expuestos a una luz solar directa. La sombra y la ventilación son condiciones esenciales, incluso si tienes la intención de llevar al perro a la playa.
- Entre las recomendaciones más importantes y repetidas durante el verano, pero que deben aplicarse en todas las estaciones, está la de no dejar animales en el coche, aunque se haya aparcado a la sombra o el tiempo esté nublado. La temperatura en el interior del coche sube rápidamente incluso con las ventanillas ligeramente bajadas y esto puede poner en peligro su seguridad.
- Durante los viajes largos en coche, las paradas regulares son necesarias para permitir que el animal no sólo beba, sino que también estire sus músculos y haga sus necesidades.
En lo que respecta a los viajes, el Ministerio de Salud ofrece la sección "Viajar con animales", en la que se explican las condiciones de transporte, la profilaxis sanitaria y los documentos necesarios para salir con seguridad.
Los peligros más graves del calor para los perros en verano
¿Cuáles son los peligros más graves para nuestros fieles amigos y quiénes son los que corren más riesgo?
El calor fuerte y un alto nivel de humedad pueden hacer que los perros experimenten un golpe de calor, es decir, una condición patológica grave en la que la temperatura corporal del animal se eleva a 41-43°.
La acción directa de los rayos solares puede desencadenar, si la exposición es excesiva, una insolación, muy perjudicial para la piel. Los animales con riesgo de quemaduras son principalmente los de pelaje negro (el color oscuro aumenta la absorción de los rayos solares), los de pelaje y piel blancos (más sensibles a los rayos) y los esquilados (sin la protección del pelo).
Los más susceptibles a un golpe de calor y a la insolación son los cachorros y los animales ancianos, pero también las razas braquiocefálicas (razas en las que hay una anormalidad de las proporciones del cráneo y el hocico está aplastado, como en los bulldogs o los carlinos), los animales obesos y los que padecen enfermedades cardiovasculares o del sistema respiratorio.