Ascophyllum Nodus, una de las algas más antiguas a nuestro servicio
Las algas son organismos que aparecieron en la tierra hace unos 1200 millones de años. Su capacidad de adaptación al cambio climático les ha permitido no solo no extinguirse, sino convertirse en un porcentaje considerable de los organismos presentes en nuestras aguas. Hay muchos tipos de algas, miles de especies clasificadas por su color predominante (rojo, amarillo, verde, marrón y, en algunos casos, incluso azul). Son muy valiosas para el ecosistema y para los humanos, ya que son las mayores productoras de oxígeno de todo el planeta.
En particular, las algas pardas son parte de las Phaeophyceae, y estas, son las más complejas de todas desde el punto de vista anatómico y morfológico. Prefieren las aguas frías y bien oxigenadas, y pueden alcanzar tamaños considerables. Contienen clorofila A y C, carotenos (en particular, betacaroteno) y grandes cantidades de xantofilas como pigmentos complementarios. Entre estos, la fucoxantina es la responsable de la coloración de estas algas. Esta variedad de pigmentos permite que la fotosíntesis de la clorofila se lleve a cabo a diferentes profundidades en los océanos incluso donde la luz es muy baja.
El alga parda Ascophyllum nodus
Ascophyllum Nodus pertenece a la familia Fugaceae. Es una de las variedades más antiguas de algas sobre la faz de la tierra, incluso antes de que el verde fuera el color de la fotosíntesis. Tiene hojas largas con ampollitas vacías distribuidas en intervalos regulares que generalmente alcanzan incluso los 2 metros de longitud. Permanecen firmes allá donde se encuentren gracias a un pedúnculo que las conecta con las rocas y cantos rodados de alrededor.
Recoge todo su alimento del mar en el que vive y prospera en las aguas limpias y frías del Océano Atlántico Norte y los Mares del Norte, ambientes muy hostiles que le han permitido desarrollar características particulares, incluida su larga supervivencia. Se las conoce como las «algas noruegas» debido a su uso generalizado en esta zona.
Ascophyllum Nodus también se usa en el campo farmacéutico. Su riqueza en yodo biodisponible favorece y nutre la tiroides y todo el sistema endocrino, reactiva el metabolismo y actúa en todos los procesos de purificación y control del peso corporal. Por lo tanto, es ampliamente utilizado en productos para adelgazar dirigidos a personas que sufren de obesidad y productos para problemas de tiroides.
Otros usos
En el mercado puedes encontrar una amplia gama de productos basados en Ascophyllum, por ejemplo, en la agricultura para mejorar el metabolismo de las plantas, promover su crecimiento, el desarrollo de la raíz, la absorción de nutrientes y la gemación. Su uso es ideal en caso de fuertes tensiones bióticas como ataques parasitarios, cambios de temperatura y trasplantes. Incluso animales como los gatos y los perros se benefician de las propiedades de esta alga. Parece que la adición de Ascophyllum en su dieta puede reducir especialmente los niveles de placa bacteriana y sarro de nuestros pequeños amigos, reduciendo también el fenómeno de la halitosis.
En los últimos años, el sector textil ha presenciado la irrupción de las algas Ascophyllum. De hecho, tras varios estudios, nació una fibra textil compuesta de esta alga parda. La tela es muy resistente, suave y absorbente, cuya peculiar característica es la de liberar, en contacto con la piel, maravillosos principios antibacterianos con rayos UV antiinflamatorios, descongestivos y protectores. Asique tal vez se haya encontrado una «tela de escudo», perfecta para proteger las pieles más sensibles.
