1) Bañadores
La principal prenda del verano, el bañador, tiene una alta probabilidad de acabar primero en la basura, y luego en el vertedero cuando se acaba la temporada de verano por el desgaste que ha sufrido o porque se ha pasado de moda. Para evitar alimentar esta producción de residuos textiles y reducir el consumo de energía derivado de la recuperación de materias primas, la solución es comprar trajes de baño de plástico reciclado. Sloppy Tuna, por ejemplo, utiliza el plástico recogido por los pescadores del Mar Mediterráneo para crear ropa de playa 100% reciclable. Batoko, por otro lado, sólo utiliza materiales como contenedores de comida o alfombras viejas para sus prendas. Los de Tide + Seek y Riz Board Shorts están hechos de Repreve, un poliéster derivado de plástico completamente reciclado, especialmente de botellas. Además de la producción, el lavado de bermudas y bikinis también puede ser contaminante debido a las grandes cantidades de microplásticos que liberan estas prendas. A tal fin, las empresas Cora Ball y Guppyfriend han ideado soluciones para capturar las fibras liberadas en el agua.
2) Cremas solares
Los elementos químicos contenidos en muchos protectores solares pueden tener un efecto perjudicial en los organismos marinos. Los ingredientes más dañinos, y por lo tanto no deben estar contenidos en los productos que se compran, son la oxibenzona y el etilhexil metoxicinamato. En muchos lugares se ha prohibido el uso de cremas que las contengan, por ejemplo en la isla de Palau (a partir de 2020), Hawái y Cayo Hueso en Florida (a partir de 2021); en algunos países, como México, aunque no está prohibido por ley, muchos destinos turísticos piden a los visitantes que no las utilicen.
3) Gafas de sol
Para proteger nuestros ojos hay alternativas sostenibles que no utilizan plástico virgen o materiales sustitutivos que tienen un menor impacto ambiental. W R Yuma 3D-prints utiliza el plástico recogido de las orillas a lo largo de las vías fluviales de Amberes: reducido a trozos y fundido, se transforma en tinta para las gafas de impresión 3D. Wear Panda, por otro lado, utiliza bambú cultivado de forma sostenible, es decir, sin el uso de pesticidas y fertilizantes, para la producción de sus vasos hechos a mano. Y con cada modelo vendido, donan un examen de la vista gratis y un par de gafas graduadas gratis a aquellos que no pueden pagarlas. Por último, Wildwood crea gafas tallándolas en madera, nombrando a cada modelo con el nombre de una especie en peligro de extinción y plantando un árbol con cada par vendido.
4) Chanclas
Otra prenda que puede resultar problemática son las chanclas. Reciclar las viejas para hacer otras nuevas sigue siendo difícil. Más frecuente es su conversión en otros objetos. El comportamiento más ecofriendly a seguir es, por lo tanto, elegir un modelo de chancla más duradero hecho de materiales sostenibles. Para sus chanclas veganas de Rubb , Ethletic utiliza, por ejemplo, caucho natural producido de forma certificada por pequeños agricultores de Sri Lanka. La empresa Brothers We Stand, por otro lado, ha creado un modelo de chanclas, el Ecoalf, fabricado a partir de trozos de neumáticos viejos de coches sin utilizar productos químicos ni adhesivos.